lapoesiaesparasiempre

Con tu partida se reabren viejas heridas aquellas que creí olvidadas y que, al parecer, estaban solo mal curadas. Vuelven a aparecer los fantasmas del pasado aquellos que ya los tenía sepultados y salen a flote nuevamente para atormentar mi alma y mi mente. Con tu partida veo nubes grises todos los días que me ensombrecen la luz que tenia y borran de mi vida la alegría. Con tu partida el sol no brilla en toda su magnitud mi corazón pierde la quietud aquella que tenía, cuando estabas tu. Con tu partida los amaneceres son una eterna agonía nada es igual, sin tu presencia es una letanía que me llena de nostalgia, esta vida mía. Con tu partida todo me sabe a agridulce los besos ficticios que mi mente produce se diluyen en un camino sin luces.

 Te veo al despertar cada mañana en la mariposa que se posa sobre mi ventana en la mirada inocente de un niño en las flores que encuentro por el camino. Te veo en la frescura del campo y su naturaleza en el horizonte de cada atardecer y su belleza en le recorrer de las aguas un rio en el silbido del viento. Te veo en aquí conmigo donde no existe el mañana y cada objeto te extraña tu aroma está en todas partes sin ti no hay ahora, ni después ni antes es el sabor de tus besos que los siento aquí dentro como marcados en mis labios como tatuados en mi alma escondidos en un rincón que me roban la paz que me roban la calma y aceleran mi corazón por el pesar de no verte jamás. Te veo en la inmensidad el mar en el amanecer de cada despertar en las nubes que cubren el cielo  te siento aquí, donde mis sentimientos están por el suelo. Te veo en los pétalos de una rosa o en el canto de las aves en la caricia suave de la brisa en un lamento o en una sonrisa. Te veo en todas partes y no sé ...

 Tatúo otro desencanto  en el cuero de un nuevo linaje oculto.  Bajo los linos griegos que cubren   recatados vestigios de besos cleptómanos,               purpúreos. Miro el súbito respirar de los candiles. Centinelas usureros. Capturo cuneiformes versos  gestándose en la litera desolada, más allá de la perpetuidad y pienso  ¿cómo pueden los cantos de los tórtolos  ignorar el sortilegio y perderse para siempre en la batalla fugaz del mórbido universo? Desde siempre acunan los oráculos terribles males, ¿dónde quedan los álgidos azules  que una vez velaron  por el mágico rescate? José Manuel Valdez